Con los aborígenes de Dubbo

Dubbo es una ciudad de Nueva Gales (Australia). En ella, la población aborigen es la más necesitada de ayuda social. 20 universitarias de Creston College, una residencia obra corporativa del Opus Dei, han dedicado parte de su verano a los niños y ancianos de Dubbo.

Dubbo, situado al este de Australia, acoge mucha población aborigen.

Para muchos universitarios la palabra “vacaciones” significa descanso, alejamiento de los libros y fiestas.

Para 20 estudiantes de Creston College –una residencia universitaria impulsada por personas del Opus Dei de Australia- el verano es además una ocasión para entretener y educar a niños aborigenes, acompañar a los ancianos de Dubbo y compartir con ellos las dificultades que actualmente atraviesan.

Es el 4º año consecutivo que la residencia Creston College (Australia) organiza esta actividad social, de acuerdo con la Gordon Community Centre de Dubbo. En ella, han participado estudiantes de la Universidad de New South Wales, la Universidad de Sydney y la Universidad de Technology, Sydney.

¿POR QUÉ ABURRIRSE?

Rosa De Carvalho organizó el primer proyecto a finales de 2003: “Quisimos dar a las estudiantes universitarias la oportunidad de ayudar a los demás. Una iniciativa así ayuda a todos a mejorar el futuro personal y de la comunidad”.

Pero adquirir valores para la vida no tiene porqué ser aburrido. Las universitarias distribuyeron por edades a los niños aborígenes de Dubbo y prepararon actividades muy entretenidas y formativas: hicieron marionetas, cocinaron, pintaron, practicaron deportes e incluso fueron de excursión al Zoo.

'Nos dejan entrar cada vez más en sus pequeñas vidas, podemos conocerles –y, por lo tanto, ayudarles- mejor. Nos respetan y nos escuchan'.

Rosa, coordinadora de este proyecto social, subraya que el principal objetivo de la iniciativa no es “simplemente entretener a los niños. Se trata de forjar amistades, darles un ejemplo positivo y estimulante del que no pocos carecen. Además, nosotras hemos crecido en confianza y respeto por los demás”.

Tahni Pyke, estudiante de Ciencias en la Universidad de Sidney, ha participado todos los años en esta actividad: “Ahora veo que realmente los jóvenes tienen esperanza en el futuro. Son solamente niños, pero con unas grandes capacidades. Queremos mostrarles cómo pueden sacarles provecho”.

La eficacia de estas semanas junto a los niños es cada vez más evidente: “Ahora ya nos esperan, saben que vamos a venir en verano. Poco a poco, nos dejan entrar cada vez más en sus pequeñas vidas, podemos conocerles –y, por lo tanto, ayudarles- mejor. Nos respetan y nos escuchan”.

CON LOS ANCIANOS

Por las tardes, las universitarias de Creston College visitaban a los ancianos de Dubbo. Para algunas chicas, esta era la parte más emocionante del día, pues hablando con las personas mayores podían apreciar la belleza de una vida luchada.

'Veo en las estudiantes a las líderes del mañana. Si todos aumentamos nuestra conciencia social, seremos cada vez mejores ciudadanos, capaces de construir el futuro'

Karen Yuen, estudiante de 3º de empresariales en la University of Technology, es de las que más valoraban los ratos de conversación en el asilo. “Comprobé que uno de los momentos difíciles de la vida es cuando tu cuerpo comienza a fallar. Una de las ancianas, por ejemplo, se desesperaba cuando no lograba recordar algunas palabras. Pero seguía luchando, una y otra vez, sin desanimarse. Eso es luchar hasta el final. Aprendí de ella… sí, aprendí mucho”.

De todas formas, no sólo la población aborigen de Dubbo ha sido la beneficiada por el proyecto. Las organizadoras y participante se consideran también “ayudadas”. Según la directora de Creston College, Selena Hooper, es importante comprobar lo importante que es devolver a la sociedad la ayuda que cada uno ha recibido.

“Veo en las estudiantes a las líderes del mañana. Si todos aumentamos nuestra conciencia social, seremos cada vez mejores ciudadanos, capaces de construir el futuro. Pero la ayuda no tiene que ser teórica, sino efectiva, con hechos, de una persona a otra. Así, cuando las residentes vuelvan a sus casas, serán capaces de percibir las necesidades concretas de quienes les rodean”.