Son las nueve de la mañana. Un numeroso grupo de padres e hijos del colegio Retamar de Madrid se han reunido para, después de asistir a una misa, salir a las calles de Madrid a desayunar con personas sin hogar.

Divididos en grupos pequeños, con termos de café y bollos, se dirigen a las calles céntricas de Madrid. Cuenta un alumno de 11 años: “Primero vimos a dos indigentes que eran muy amigos porque los dos se ayudaban entre sí. Nos contaron que siempre se habían ayudado mutuamente. Cuando eran jóvenes, José el mayor –porque los dos se llaman José- se dedicaba al boxeo, y nos dijo que José el pequeño sufría más que él, que estaba en el ring. Les ofrecimos unas chocolatinas y unos cafés”.

La actividad consiste en repartir el desayuno entre personas sin hogar. Los padres acompañados por sus hijos realizan algo más que una simple entrega de comida. Con esta actividad se acompaña, acoge y da un rato de conversación a estas personas sin hogar. De esta forma, se fomenta entre los voluntarios –pequeños y mayores- la preocupación por los más necesitados.

El colegio Retamar, situado en la localidad de Pozuelo de Alarcón (Madrid), es una obra corporativa del Opus Dei. El objetivo que movió al grupo de padres que crearon el colegio fue ofrecer a quien lo necesite, comparta o no sus creencias, una educación humana de calidad, con una orientación cristiana de la vida y respeto a la libertad.