El rumor del agua

Historia recogida en el libro "Los cerezos en flor", de José Miguel Cejas (Rialp, 2013)

¡Mi amado, las montañas,

los valles solitarios nemorosos,

las ínsulas extrañas,

los ríos sonorosos,

el silbo de los aires amorosos…

San Juan de la Cruz

Dirijo una revista de poesía muy conocida en Japón, que cuenta con diez mil suscriptores y constituye el punto de referencia sobre el arte del haiku en numerosos países. Hace varias décadas había que explicar a los extranjeros en qué consiste el haiku -un poema breve de tres versos, con cinco, siete y cinco sílabas- pero en la actualidad ya no hace falta, porque este género de la poesía tradicional japonesa se ha difundido en los cinco continentes y hay poetas de haiku en las más diversas lenguas y culturas.

El haiku es un canto a la naturaleza. En cada poema suele haber una palabra que evoca un determinado momento del día y una estación del año. Ahora mismo, por ejemplo, está cayendo una lluvia fina en mi jardín. Es algo inusitado en estas fechas, a mediados de septiembre. Y al sentir en mi piel por primera vez la humedad del otoño he escrito este haiku:

Oigo el rumor del agua en mi jardín

mientras me empapa el alma

su frescor.

Como católica, considero que el haiku puede llevar al poeta y al lector a un descubrimiento emocionado de la belleza de Dios; esa belleza infinita que se transparenta en el rostro de Cristo, el Amado, en palabras de San Juan de la Cruz, uno de los grandes poetas de la lírica occidental.

'Hemos ido dando cuerpo a una organización no gubernamental para la ayuda al desarrollo que se llama Global Voluntary Service'.

En cada haiku se descubren aspectos escondidos de la creación que tantas veces no sabemos ver, y que son – a pesar de su aparente pequeñez- un regalo maravilloso que el Señor nos hace: la neblina de la mañana, la brisa fugaz de la tarde, el rumor del agua… Son susurros divinos que nos van acercando a Él, que es la suma Verdad, la suma  Bondad y la suma Belleza.

Me gustaría ser un instrumento dócil en sus Manos y procuro mostrar a los amantes del haiku, en las reuniones que tengo con ellos, uno de los tesoros más hermosos del cristianismo: el amor fraterno, la caridad.  Un sobrino mío, Seizo, que es del Opus Dei, comenzó hace veinte años unos proyectos de solidaridad en Filipinas, y me preguntó si estaba dispuesta a colaborar en esa iniciativa como Presidenta, junto con mis conocidos del haiku.

La idea me entusiasmó, y reunión tras reunión, después de hablar sobre poesía, hemos ido dando cuerpo a una organización no gubernamental para la ayuda al desarrollo que se llama Global Voluntary Service .

Durante las dos últimas décadas hemos llevado a cabo más de cuarenta proyectos. Unos son de carácter educativo; otros, de promoción y prevención sanitaria; y otros se dirigen a la formación de personas sin recursos, para ayudarles a crear pequeños negocios. Algunos de esos proyectos tienen su sede en Dualtec o en Balete Family Farm School, dos iniciativas promovidas por personas de la Obra en Filipinas.

'Durante las dos últimas décadas hemos llevado a cabo más de cuarenta proyectos. Unos son de carácter educativo; otros, de promoción y prevención sanitaria; y otros se dirigen a la formación de personas sin recursos, para ayudarles a crear pequeños negocios'.

Somos personas muy diversas –entre los promotores de Global Voluntary Service hay cristianos, budistas y personas sin religión- que deseamos ayudar a gentes muy diversas: de Batangas,  de Ángeles, una ciudad de más de doscientos mil habitantes del distrito de Pampamga, o de otros lugares y ambientes de Filipinas.

También hemos llevado a cabo varios proyectos en África, en la República Democrática del Congo y en Kazajstán, en los que intentamos ayudar preferentemente a jóvenes desfavorecidos.

Acabo de volver de Filipinas, donde he comprobado sobre el terreno el desarrollo de algunos proyectos y las consecuencias terribles de la pobreza. Esto me estimula a buscar nuevas soluciones para superarla, con la colaboración de mis amigos poetas. Me alegra que, gracias a la poesía, haya muchas personas que descubran la belleza del rostro de Cristo que se nos manifiesta de un modo singular en el sufrimiento de los pobres, como escribía Benedicto XVI en esta frase que tiene la hermosura y la profundidad de un haiku:

'Dirijo una revista de poesía muy conocida en Japón, que cuenta con diez mil suscriptores y constituye el punto de referencia sobre el arte del haiku en numerosos países'.

Quien se dirige al Dios de Jesucristo es impulsado a servir a los hermanos; y quien se dedica a los pobres descubre en ellos el rostro misterioso de Dios ” (Benedicto XVI, Discurso, 14 de octubre de 2006).

Teiko Inabata dirige una revista de poesía muy conocida en Japón y Global Voluntary Service , una ONG.