“Fomentar el perdón pasa por vivir la caridad”

El prelado del Opus Dei invitó a los fieles a “ver en todos a Cristo, ver con los ojos de Cristo”. Noticia en El Heraldo (Honduras)

Un llamado a hablar más con Dios y a ver a sus semejantes “con los ojos de Cristo” hizo a los fieles el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, durante su visita pastoral a Honduras.

El padre comenzó su charla, que escucharon atentas unas cuatro mil personas en el Centro Escolar Antares de Tegucigalpa, diciendo que le daba mucho gusto encontrarse con sus hijos hondureños y recordó que san Josemaría (fundador del Opus Dei) y don Álvaro (su predecesor) estuvieron siempre muy agradecidos con esta tierra de Honduras.

Durante el encuentro, en el que se reunió antes con un buen número de fieles en San Pedro Sula, el obispo católico pidió a los presentes no quedarse parados en el dolor cuando se pierde un ser querido o se viven situaciones difíciles en la vida que parecen una cruz muy pesada. “Habla más con Dios”, invitó.

El prelado compartió que antes de llegar a la charla en la capital pasó un momento a saludar a la Virgen en el Santuario de Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de Honduras. Además, aprovechó para bendecir en los jardines del mismo una imagen de la Morenita en estado de buena esperanza, de un monumento dedicado al no nacido. Y animó con insistencia a rezar por la familia y por el Papa Francisco.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Durante el encuentro, varios fieles tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas.Ante la interrogante de cómo ver lo que quiere Dios de cada uno, y luego llegar a querer eso que Dios quiere, el prelado recordó que san Josemaría cuando tenía una edad similar a la suya había barruntado el amor. Además, les animó para que, al igual que Bartimeo hizo al pasar Jesús por el camino, ante la pregunta de Nuestro Señor, qué quieres que te haga, que repitieran aquella respuesta… Señor, ¡que vea!

Y la madre de dos numerarias auxiliares, que vive en una comunidad a seis horas de Tegucigalpa, le consultó cómo hacer más apostolado con la gente de su comunidad.La respuesta de monseñor Echevarría fue claro al decirle que debe ser una mujer de paz, con una sonrisa permanente, acercándose a la gente sin respetos humanos para explicarles la fe y explicarles que son hijos de Dios.

Hasta Aída, madre de tres hijos, quien le contó que su esposo había fallecido hace un año y medio de forma repentina y le preguntó qué hacer en momentos de dificultad. él respondió que no podíamos quedarnos parados en el dolor, los amores no se pierden cuando se deja esta tierra. “Habla más con Dios, no debes dejar de querer y contarle todo a tu marido; cuéntale el día a día, piensa que él está cercano a ti”.Al final de la tertulia dio la bendición y saludó a los enfermos que estaban cerca del estrado.

EN SAN PEDRO SULA

En su encuentro con San Pedro Sula llamó a los fieles a ver en todos a Cristo, “ver con los ojos de Cristo”.Y ante la interrogante de qué hacer para fomentar el perdón dijo que pasa por vivir la caridad, ver en todos a Cristo, ver con los ojos de Cristo. Agregó que es necesario preocuparnos porque la formación llegue a todos sin excepciones.

Mientras, un joven empresario le preguntó qué hacer para que las personas que trabajaban con él conocieran el evangelio, le dijo que lo primero era dar un trato justo y aunado a esto, que tomáramos conciencia que el ejemplo es fundamental y arrastra, que debía procurar conocerlos uno a uno, interesándose por ellos, sus familias y sus cosas.

También invitó a una madre para que, a imitación de san Josemaría y don Álvaro, luchara por ser alma eucarística y alma de oración, no olvidando que la paz procede de la lucha sostenida por parecernos cada día más con Jesucristo, cada vez que estuviera a punto de perder la paciencia en la crianza de sus hijos.

Esta es la segunda visita pastoral que el prelado realiza a Honduras. En estos encuentros, monseñor Echevarría, instó a los presentes a ser cristianos coherentes con su fe, a llevar a Jesucristo a todos los rincones de esta tierra hondureña, a cuidar y fomentar la unión y defensa de la familia. Y recordó también lo agradecido que siempre estuvo san Josemaría con Honduras, después de encontrarse asilado en la Legación de Honduras cuando en España se había desatado la guerra civil en los años treinta.La visita pastoral a Honduras de monseñor Javier Echevarría coincide con un recorrido por varios países de Centroamérica, incluidos Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

LA FIGURA DEL PRELADO

El prelado dirige la misión del Opus Dei de difundir la llamada universal a la santidad y de promover el apostolado de los fieles de la Prelatura. En la vida del Opus Dei, que tiene desde su origen un marcado carácter de familia, al prelado se le llama sencillamente padre. El sentimiento de filiación hacia quien es el padre en la obra, es un rasgo consustancial al carisma de la vocación en el Opus Dei.

El gobierno del Opus Dei corresponde al prelado, como ordinario y pastor propio de la Prelatura. Vela para que se sigan fielmente las disposiciones de la Santa Sede y para que se cumplan el derecho y las costumbres de la Prelatura.

El prelado del Opus Dei y la misma Prelatura dependen, como todas las circunscripciones eclesiásticas, de la Santa Sede, es decir del romano pontífice. El prelado del Opus Dei es nombrado por el Papa. El romano pontífice puede después llamar al prelado a recibir el sacramento del episcopado, que aunque no sea necesario, resulta muy congruente con su misión jerárquica de pastor. Así ha ocurrido con los dos primeros prelados, monseñor Álvaro del Portillo y monseñor Javier Echevarría.

EL OPUS DEI

El Opus Dei es una institución de la Iglesia Católica, fue fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928. él consideraba que se traba de la obra de Dios que busca que todos tengan conciencia de que deben ser santos.

La finalidad del Opus Dei es contribuir a esa misión evangelizadora de la Iglesia Católica, promoviendo entre fieles cristianos de toda condición una vida coherente con la fe en las circunstancias ordinarias de la existencia y especialmente a través de la santificación del trabajo.

La vida de san Josemaría fue la historia de un sí grande y fuerte. Cumplió siempre la voluntad de Dios. Fue beatificado el 17 de mayo de 1992 y canonizado el 6 de octubre del 2002 por el papa Juan Pablo II.Don Álvaro del Portillo fue el primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei y será beatificado en Madrid el 27 de septiembre.

Algunos rasgos de la obra son la filiación divina que se refieren a un profundo sentido de la dignidad de la persona y de la fraternidad entre los hombres, un verdadero amor cristiano al mundo y a las realidades creadas por Dios, la serenidad y el optimismo.

La vida ordinaria que, según las enseñanzas de San Josemaría, “es en medio de las cosas más materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres”. Santificar el trabajo, es decir, esforzarse por realizarlo bien, con competencia profesional y con sentido cristiano.

La oración y sacrificio, que lleva a la necesidad de cultivar la oración y la penitencia propias del espíritu cristiano.La unidad de vida, en la que el cristiano no debe “llevar como una doble vida: la vida interior, la vida de relación con Dios, de una parte; y de otra, distinta y separada, la vida familiar, profesional y social”.

La libertad, estar integrada por ciudadanos que disfrutan de los mismos derechos y están sujetos a las mismas obligaciones que los otros ciudadanos, sus iguales.Y la caridad, ya que quien conoce a Cristo encuentra un tesoro que no puede dejar de compartir.

El Heraldo (Honduras)