Grabado en piedra

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

Escrivá llevaba con frecuencia a jóvenes y mayores a pasear por la orilla del río Arlazón. En sus conversaciones, les insistía en que fuesen hombres de oración y que intentaran convertir todo lo que hicieran en trabajo de Dios. Para ilustrar el consejo, solía llevarlos a visitar las torres de la catedral gótica de Burgos. Muy por encima del nivel de la calle, donde apenas se podía ver, había “un auténtico encaje de piedra, fruto de una labor paciente, costosa” [1] . Mientras admiraban la bella ornamentación, Escrivá les recordaba que “aquella maravilla no se veía desde abajo”. Decía: “¡Esto es el trabajo de Dios, la Obra de Dios!: acabar la tarea personal con perfección, con belleza, con el primor de estas delicadas blondas de piedra. Comprendían, ante esa realidad que entraba por los ojos, que todo eso era oración, un diálogo hermoso con el Señor. Los que gastaron sus energías en esa tarea sabían perfectamente que desde las calles de la ciudad nadie apreciaría su esfuerzo: era sólo para Dios” [2] .

Adaptando la lección a las circunstancias específicas de los acompañantes, les urgía a que “aprovecharan el tiempo con tareas útiles; a que la guerra no constituyese como una especie de paréntesis cerrado en su vida; les pedía que no se abandonaran, que hicieran lo posible por no convertir la trinchera y la garita en una especia de sala de espera de las estaciones de ferrocarril de entonces, donde la gente mataba el tiempo, aguardando a aquellos trenes que parecía que no iban a llegar nunca” [3] .

[1] AGP P03 1984 p. 247

[2] Ibid. p. 247

[3] Ibid. p. 241-242