“Gracias tumbativas”

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

Ni Fuenmayor ni Casas Torres conocían el Opus Dei antes del curso de retiro. Hoy en día sería inconcebible que alguien pudiera pertenecer al Opus Dei en tan poco tiempo. Pero, en los días anteriores e inmediatamente posteriores a la Guerra Civil, Dios concedía a la gente gracias especiales que les permitían percibir la vocación y dedicar su vida entera a Dios en el Opus Dei con tan sólo un breve contacto con la Obra.

Estas gracias, que en alguna ocasión Escrivá llamó “gracias tumbativas”, eran el fruto de su oración y de la de otros miembros de la Obra. Durante el retiro de Burjasot, escribió a los de la Obra en Madrid para decirles que rezaran por los que estaban haciendo los ejercicios. También envió una petición similar a los tres miembros de la Obra todavía movilizados en Olot. Pocas semanas antes había escrito al obispo de Avila, por quien sentía un especial respeto y afecto, pidiéndole oraciones: “Este pecador siempre acude al señor Obispo con la mano extendida: tengo pendientes varias tandas de ejercicios, algunas (en Valencia y Madrid) para sacerdotes..., y necesito sus oraciones y su bendición de Padre y Pastor” [1] . Durante el retiro en Burjasot renovó sus peticiones en otra carta dirigida al obispo: “Ya comencé la primera tanda de ejercicios y, para ésta y las que me quedan, necesito que nuestro Jesús especialísimamente me ayude..., y acudo a mi señor Obispo, porque sé que se lo dirá. ¡Él se lo pague!” [2] .

[1] AGP P03 1988 p. 133

[2] Ibid. p. 141-142