Un ingeniero que buscaba la santidad

Carta al director escrita por Francisco Javier Esteruelas Hernández, doctor en Derecho por la Universidad de Navarra.

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Es noticia que el Papa Francisco dio el visto bueno hace unos días para que la Congregación de las Causas de los Santos promulgue los decretos relativos a ocho causas de canonización. Entre estos se encuentra el decreto sobre la heroicidad de las virtudes de Isidoro Zorzano (1902-1943), un ingeniero que se incorporó al Opus Dei en 1930. El Papa recibió del cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, una relación detallada de las fases de la causa y autorizó que se publique el decreto por el que se declara venerable al siervo de Dios Isidoro Zorzano. La noticia ha sido recibida en la Obra con especial agradecimiento y alegría pues llega en un momento de sentimiento de pena por el fallecimiento del prelado Javier Echevarría.

Nació Zorzano en Buenos Aires (Argentina) el 13 de septiembre de 1902. Tres años después la familia emigró a España y se instaló en Logroño. Tras obtener el título de ingeniero industrial, en 1927, trabajó en un astillero de Cádiz. Más tarde, se fue a Málaga empleado por la Compañía de los ferrocarriles andaluces.

Zorzano tiene una calle con su nombre en Calatayud (Zaragoza). El postulador de la causa, Mons. José Luis Gutiérrez, destaca la lealtad de Isidoro y lo propone como modelo para los trabajadores y señala que la fama de santidad de Isidoro está muy difundida, le han llegado más de 5.000 relaciones de favores atribuidos a su intercesión, e invita a aprovechar este paso hacia su beatificación para pedir favores y milagros a Dios a través de Isidoro Zorzano. Dios llama a todos los hombres a ser santos. Esta es la doctrina que estableció el Concilio Vaticano II. Ya san Josemaría Escrivá lo había predicado al fundar por inspiración divina el Opus Dei, y manifestar que la santidad no es solo de religiosos y sacerdotes.

Y, ¿los demás? se pregunta el santo y se responde: lo mismo. Con esta apasionante llamada universal a la santidad es lógico pensar que cada vez irán saliendo más laicos para seguir el camino que les lleve a ser proclamados algún día santos.