La economía

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

Aunque la economía quedó maltrecha, la Guerra Civil no fue físicamente tan destructiva como lo sería la Segunda Guerra Mundial. No hubo grandes bombardeos de ciudades y la mayoría de las industrias del país quedó en pie. Sin embargo, la producción industrial de 1939 bajó un tercio con respecto a los niveles anteriores a la guerra y la producción agrícola disminuyó un 20%. La renta per capita en 1939 era casi un 25% inferior a la de 1935 y alcanzaría el 90% del nivel de aquel año al final de la Segunda Guerra Mundial. El sector más seriamente afectado fue el del transporte: se perdió un tercio de los barcos del país y la mitad de las locomotoras fue destruida.

Los recursos disponibles para la recuperación eran escasos. España tenía poco capital doméstico; el sistema fiscal era ineficaz y el comercio, que se había sido interrumpido por la guerra, se vería todavía más alterado por la Segunda Guerra Mundial. El comercio exterior a comienzos de la década de 1940 estaba un 50% por debajo del nivel de 1935. Estas dificultades se acentuaron por la política de autarquía económica llevada a cabo y las severas sequías que frenaban la producción agrícola. Como resultado, los años de posguerra estuvieron marcados por el hambre. Los alimentos estaban estrictamente racionados y el mercado negro floreció.

A estos problemas había que añadir la fuerte inflación. El costo de la vida en 1940 era de unas dos veces y media superior al de 1936. En 1941 los precios triplicaban los de 1936. Los españoles recuerdan la posguerra como “los años del hambre”.

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El Opus Dei reanudó sus actividades en Madrid al final de la Guerra Civil en un contexto que estaba muy lejos de ser favorable. La situación internacional impedía la expansión a otros países. El clima de tensión e incertidumbre y la crisis económica que afectaba al país complicaba mucho la apertura y el funcionamiento de las diversas iniciativas apostólicas. El fervor religioso del período de posguerra y el espíritu de sacrificio que muchos adquirieron durante la guerra favoreció el crecimiento del Opus Dei. Sin embargo, en muchos casos, la multiplicación de aparatosas manifestaciones externas de piedad y el estrecho vínculo entre religión y fervor patriótico dificultaron que muchos jóvenes comprendieran el espíritu del Opus Dei: la necesidad de una vida de oración personal y de imitación del trabajo no espectacular –por no decir oculto- de Jesucristo durante sus largos años en el taller de Nazaret. Finalmente, la tendencia a identificar el catolicismo con el régimen chocaba con el acento del Opus Dei en la libertad política de todos los católicos. Esto contribuyó en buena manera a las incomprensiones que el Opus Dei viviría en los años siguientes a la guerra.