«La Obra respeta y alienta la libertad de cada uno»

Celebrar los 25 años de vida es un momento importante en toda institución. El Club Juvenil La Caleta lo hará el 10 de diciembre, con la Santa Misa en la Basílica Santuario de la Victoria, a las seis de la tarde presidida por Ramón Herrando, vicario regional del Opus Dei en España.

Ramón Herrando Prat de la Riba en la siguiente entrevista hace un balance del trabajo de la Obra en la diócesis de Málaga y en el Club La Caleta , en concreto.

25 años del Club La Caleta ¿cómo valora usted el trabajo realizado con los jóvenes y sus familias en ese tiempo?

Doy gracias a Dios porque ha bendecido abundantemente la acción apostólica de las personas que han trabajado en ese club durante un cuarto de siglo. Le agradezco al Señor especialmente los frutos interiores, esos que no se ven: personas que se convierten, que deciden mejorar su vida cristiana, que se esfuerzan por vivir mejor su vocación matrimonial y por educar en la fe a sus hijos, etc.

Ésa es la finalidad del Club: ayudar a muchos padres en la educación de sus hijos, y para los que lo deseen, proporcionarles una formación cristiana que les ayude a comportarse de forma coherente con su fe en todos los ámbitos de la sociedad malagueña: en la vida profesional, familiar y social.

¿Cómo valoraría usted la aportación del Opus Dei a la Iglesia de Málaga?

El Opus Dei es, como recordaba san Josemaría Escrivá, una partecica de la Iglesia. En este caso, los cristianos de la Iglesia de Málaga que viven su vocación cristiana con el carisma del Opus Dei intentan, como nos pedía nuestro Fundador, servir a Dios en la Iglesia –en este caso, la Iglesia en Málaga-, en fidelidad y comunión con el Santo Padre, con los pastores de la Iglesia y el resto del pueblo fiel.

Cada realidad enriquece a la Iglesia con su propio carisma: el espíritu de la Obra aporta un acento específico sobre la santificación del trabajo y de la vida cotidiana. Naturalmente los frutos son difíciles de cuantificar en unas cifras o unas realidades, que sólo Dios conoce.

La etapa de la juventud es primordial en el descubrimiento de la vocación a la que nos llama el Señor. ¿Cómo fue en su caso? ¿Cómo descubrió usted su vocación?

Iba a comenzar mis estudios universitarios y frecuentaba un Colegio Mayor. Había pasado el verano anterior en Alemania. Fue una experiencia muy interesante, que me permitió ver de cerca las consecuencias de una sociedad que se iba alejando de Dios. En ese momento conocí el Opus Dei y comprendí que Dios me llamaba a santificarme en el trabajo corriente, luchando para llevar a Dios al ámbito de mi profesión y de tantas realidades sociales.

La educación es uno de los temas candentes de nuestra sociedad. ¿Cuáles piensa usted que son las tres prioridades principales de la educación en nuestra sociedad?

Es difícil concretar esas tres prioridades, porque dependen de cada momento histórico, de cada lugar y de cada situación concreta. Si su pregunta se refiere específicamente a las cuestiones educativas que guardan relación estrecha con la vida cristiana, me remito a las enseñanzas del Papa, que ha tratado en numerosas ocasiones sobre la educación cristiana y a las declaraciones de los obispos españoles sobre esta cuestión.

Pienso que en la actualidad, la Iglesia está recordando especialmente la libertad de la que deben gozar los padres cristianos, en el contexto de esta sociedad plural en la que vivimos, para educar a sus hijos conforme a su propia fe, a sus convicciones y al sentido trascendente de la vida. Como es sabido, para el Opus Dei las “prioridades principales” son las que vaya señalando el magisterio de la Iglesia en cada momento.

Pero si su pregunta se refiere al concepto “educación” en el sentido más amplio, le diré que es un tema opinable, sobre el que los fieles del Opus Dei y las personas que se acercan a la Prelatura tienen cada uno sus propias ideas y prioridades principales. La Obra respeta y alienta la libertad de cada uno, y le invita a dar las respuestas que considere más adecuadas en conciencia (en este caso sobre cuestiones relativas a la educación en general) para el bien común y el mejoramiento de la sociedad. No tendría nada de sorprendente, por tanto, que algunas de esas respuestas fueran contrapuestas entre sí, porque no hay dogmas en cuestiones temporales.

Encarni Llamas / www.diocesismalaga.es