Largo Caballero sustituye a Giral

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

En septiembre de 1936, los socialistas retiraron su apoyo a Giral y su gobierno se derrumbó. Le sucedió Largo Caballero, líder del ala más revolucionaria del socialismo español. Formó un gobierno compuesto por cinco socialistas -dos revolucionarios, dos moderados y un quinto que, de hecho, era comunista-, cuatro republicanos de izquierdas, dos comunistas y un nacionalista vasco. Propuso entrar a los anarquistas, pero prefirieron prestar su apoyo sin formar parte del gabinete.

Contrariamente a lo ocurrido con otros movimientos revolucionarios que se tornaban más radicales con el paso del tiempo, la revolución española llegó a su punto álgido durante las primeras seis semanas de la Guerra Civil, un período en el que gobernaba la izquierda moderada. El gobierno de Largo Caballero era teóricamente mucho más radical que el de Giral. Sin embargo, con Largo se empezó a controlar el terror y la revolución social y económica de las primeras semanas de la guerra.

Largo Caballero estaba decidido a crear un ejército eficaz. Su objetivo de transformar las milicias populares en un ejército encontró la oposición de algunos de sus aliados políticos, especialmente de los anarquistas, para quienes esa sola idea constituía la antítesis de los fines por los que combatían. Sin embargo, gracias a su fama de ardoroso revolucionario, consiguió lo que hubiera sido imposible para Giral: creó un estado mayor con oficiales de carrera y reorganizó a los milicianos en brigadas regulares.

Largo Caballero también recuperó el poder de los comités revolucionarios que habían surgido en los primeros compases de la guerra. Poco a poco, reconstruyó el gobierno central, contando con los líderes de esos comités para puestos en la administración pública. Los organismos a los que los incorporó no eran en apariencia muy distintos de los comités, pero esta medida los neutralizó y permitió un mayor control por parte del gobierno central.

A principios de noviembre, con los nacionales a las puertas de Madrid y en un último intento de impedir su victoria, los anarquistas sacrificaron sus principios y entraron en el gobierno, que pasó de trece a dieciocho ministerios. Como la conquista de Madrid parecía inminente, el gobierno se trasladó a Valencia el 6 de noviembre. Los políticos de todos los partidos abandonaron Madrid, con excepción de los comunistas, quienes se hicieron con el control de la ciudad después de que las fuerzas republicanas consiguieran, inesperadamente, rechazar la ofensiva de los nacionales sobre la capital.

* * *

La rápida división del país en dos zonas y el colapso de las comunicaciones dentro de la republicana hicieron que Escrivá y los miembros de la Obra que estaban en Madrid quedaran separados del resto. El estallido de la lucha de clases y la violenta persecución religiosa en la zona republicana interrumpieron las actividades apostólicas corporativas del Opus Dei y dificultaron el apostolado personal de los miembros con sus amigos, colegas y parientes. Al igual que las de muchos otros españoles, sus vidas estaban en peligro y se vieron obligados a esconderse.