León

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

Durante el verano de 1941, en León, otra mujer pidió la admisión en el Opus Dei. Su primer contacto con la Obra había tenido lugar en agosto de 1940, cuando el obispo de la ciudad invitó a Escrivá a predicar unos ejercicios a los sacerdotes de su diócesis. Durante su estancia allí, un amigo sacerdote, don Eliodoro Gil Rivera, le presentó a Nisa González Guzmán. Vivía con sus padres y dedicaba su tiempo al estudio de idiomas y a los deportes. Le gustaban particularmente el tenis y el esquí, disciplina que recientemente le había valido un trofeo.

Se quedó sorprendida cuando, nada más saludarla, Escrivá le preguntó: “Hija mía, ¿amas mucho a Nuestro Señor?” [1] . Guzmán comenta: “Nunca me habían formulado esta pregunta con tal sencillez y claridad. Yo tenía grandes deseos de hacer la Voluntad de Dios, consciente de que es la manera de demostrarle el amor; pero también me daba cuenta de lo que esto exigía y, de momento, me parecía no tener fuerzas para tanto. Por eso, contesté con un gesto dubitativo, algo desconcertada” [2] .

A pesar de su poco entusiasta respuesta inicial, Escrivá le explicó el Opus Dei. Pintó el retrato de la mujer sacrificada y apostólica en todas las profesiones y ambientes sociales. Aunque no le habló de la vocación, Escrivá la animó a acercarse más a Dios en su vida cotidiana. Durante los meses siguientes, Guzmán pensó a menudo en su conversación con Escrivá y en abril de 1941 viajó a Madrid con la intención de incorporarse al Opus Dei. Sin embargo, Escrivá le sugirió que primero asistiera a retiro para rezar y pensar más su decisión.

Pero Guzmán se incorporó a la Obra antes, ya que, poco después de su última conversación con Escrivá, participó en una semana de estudio para las mujeres de la Obra y otras jóvenes que estaban madurando su posible llamada al Opus Dei. Al igual que la que se organizó para los hombres un tiempo antes, esta semana de estudio fue la precursora de los cursos anuales de formación en los que participan las mujeres de la Obra. Tuvo lugar en Lagasca, durante el mes de agosto, mientras los residentes estaban fuera. Empezó con un día de retiro predicado por Escrivá. Durante el resto de la semana, Escrivá dio una serie de clases y charlas sobre la doctrina católica y el espíritu del Opus Dei. En palabras de Guzman, “ponía ante nuestros ojos el mar sin orillas que es el Opus Dei, con una fe que nos hacía tocar ya el futuro” [3] .

En las meditaciones, a menudo volvía al pasaje del Evangelio en el que Cristo decía a los apóstoles que “fueran y dieran fruto” (Juan 16:15). Guzmán volvió a León al terminar la semana de estudio. Viviría con su familia hasta julio de 1942, momento en el que se trasladó al tan esperado centro de mujeres del Opus Dei en Madrid.

[1] AGP P02 1980 p. 1452

[2] Ibid. p. 1452-1453

[3] AGP P16 XI.1999 p. 52