Para servir a la Iglesia

El prelado del Opus Dei concibe el sacerdocio como "servicio" y "participación en la misión de Cristo". Así lo refleja en el nuevo libro titulado 'Para servir a la Iglesia. Homilías sobre el sacerdocio 1995-1999' (ed. Rialp), que recoge veinticuatro predicaciones del prelado centradas en la figura del sacerdote.

En una de sus homilías, mons. Javier Echevarría explica que el sacerdote "ha de saber entregarse a cada uno y satisfacer las necesidades espirituales de todos, sin preferencias ni diferencias, derrochando todas sus energías en el ministerio. Ha de estar dispuesto a todo, con tal de llevar a las almas a Cristo: ésta es su única ambición".

Además de ser "padre, pastor y maestro de todos", debe tener "un celo apostólico sin fronteras" y "caridad pastoral que abrase hasta lo más íntimo". En los textos, extraídos en su mayoría de homilías pronunciadas con motivo de ordenaciones de diáconos y presbíteros, insiste de manera especial en tres tareas del sacerdote: la predicación de la Palabra, la celebración del sacrificio eucarístico y la remisión de los pecados.

El prelado del Opus Dei se dirige a los ordenandos a partir de su propia experiencia, facilitándoles consejos pastorales: "Debéis poner todos los medios a vuestro alcance para que la Palabra de Dios cobre vida en vuestra conducta y en vuestros labios, y así mueva eficazmente a las almas. Fomentad la ilusión de llegar con más incisividad a los oyentes, para facilitarles el encuentro personal con Dios".

En cuanto a la Eucaristía, mons. Echevarría explica a los sacerdotes que "vuestro sacerdocio es para la Eucaristía, y la Eucaristía es el sacrificio del entero pueblo cristiano e incluso de toda la creación. La Iglesia y el mundo esperan de vosotros el testimonio firme y contagioso de vuestra fe en todo momento, pero especialmente en el Santo Sacrificio".

De manera especial se refiere también al ministerio de la reconciliación: "Predicad con frecuencia sobre ese sacramento. Esforzaos por encontrar exhortaciones nuevas y estimulantes, que muevan al arrepentimiento y la conversión. Enseñad a todos cómo es la misericordia divina. Esforzaos por acoger como Cristo lo haría, a esa alma que se acerca a recibir el perdón divino".

En el prólogo, el cardenal Darío Castrillón dice que "en los momentos actuales en los que parece que los últimos porqués quieren reducirse a unos axiomas psicológicos, es de absoluta necesidad recordar con el lenguaje de hoy la doctrina perenne sobre el sacerdocio".

Califica a las homilías que componen el libro de "testimonio coherente y valioso de la tradición eclesial", dirigido especialmente a los sacerdotes, "primeros y principales promotores de la nueva evangelización, seguros de que han recibido el don del sacerdocio para servir a la Iglesia".