Se llamaba Álvaro

Breve biografía de Mons. Álvaro del Portillo (vídeo 2:12)

Álvaro del Portillo nació en Madrid en 1914 y se incorporó al Opus Dei en 1935, cuando estudiaba Ingeniería de Caminos. Fue uno de los primeros miembros de esta institución de la Iglesia Católica. A los 30 años se ordenó sacerdote y se convirtió en el colaborador más cercano del Fundador del Opus Dei, junto al que trabajó toda su vida.

Era un hombre de carácter comprensivo, afable y alegre, y un pastor de almas de profundo espíritu ecuménico. Gozó del aprecio de los sucesivos Papas, que le confiaron numerosos trabajos al servicio del pueblo de Dios.

Colaboró en la preparación del Concilio Vaticano II. Fue secretario de una comisión en el desarrollo del mismo, y al terminar fue consultor de la Santa Sede en distintas congregaciones.

El 15 de septiembre de 1975 fue elegido primer sucesor de San Josemaría. Impulsó el trabajo apostólico del Opus Dei en nuevos países como Suecia, Finlandia, Polonia, Checoslovaquia, Camerún, República Dominicana, Hong Kong, Nueva Zelanda, Trinidad Tobago, Zaire, Costa de Marfil... Dotado de gran creatividad apostólica y visión de futuro, puso en marcha diversas iniciativas al servicio de la Iglesia, como la actual Universidad Pontificia [de la Santa Cruz], el Centro de Investigación CIMA, en Navarra, o el Campus Biomédico, en Roma. Además, promovió iniciativas sociales muy variadas, como el Hospital Monkole, en Kinshasa (Congo), el Instituto Técnico CITE, en Cebú (Filipinas), o Crotona y Rosedale Center en el Bronx (Nueva York) para la integración social de jóvenes marginados.

Juan Pablo II le consagró obispo en 1991. Falleció santamente el 23 de marzo de 1994 tras peregrinar a Tierra Santa. La mañana anterior a su muerte había celebrado su última Misa en la Iglesia del Cenáculo, en Jerusalén. El Papa Juan Pablo II quiso rezar ante sus restos mortales como reconocimiento por su servicio a la Iglesia.

                                        ****************

Madrid en la vida de Álvaro del Portillo

El próximo beato tuvo durante su vida un gran amor a su ciudad natal, Madrid, con un afecto que hizo compatible con un corazón abierto a las necesidades de todo el mundo, y que procuró atender con la promoción de numerosas iniciativas sociales.

Uno de sus biógrafos, Salvador Bernal, escribe que “se sentía realmente madrileño” y destaca su “buen humor, castizo, madrileño”, con una “amable chispa madrileña”. Bernal destaca también las raíces madrileñas de la familia, y cómo Álvaro heredó de su padre la afición a los toros. “Le acompañaba, escribe, a comprar los abonos a la calle Victoria y a veces tomaban un pepito en el Pasaje Matheu, que en aquel tiempo popularizó su creador, Pepe, dueño de un local junto a la Puerta del Sol”.

Álvaro del Portillo había nacido en Madrid el 11 de marzo de 1914, en el número 75 de la calle de Alcalá. En esta ciudad pasó los primeros 32 años de su vida, antes de trasladarse a Roma en 1946.

Álvaro era el tercero de ocho hermanos y estudió el bachillerato en el Colegio El Pilar. A la vez que estudiaba como ayudante de Obras Públicas e ingeniero de Caminos, participó en actividades asistenciales con las conferencias de San Vicente de Paúl, especialmente en Vallecas. Desde sus años de estudiante, su vida cristiana reflejó una honda inquietud social y tuvo una amplia labor de evangelización entre sus compañeros de estudio y profesión. Después de terminar sus estudios en 1941, trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y se doctoró en Filosofía y Letras (1944).

En Madrid conoció Álvaro del Portillo el Opus Dei (1935) y recibió directamente del fundador san Josemaría Escrivá  la formación y el espíritu propios de la Obra. Y en la capital española vivió el próximo beato una fecha clave en su vida: el 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote por el obispo de Madrid, Mons. Leopoldo Eijo y Garay, en la capilla del palacio episcopal de Madrid.