Últimas semanas antes de la Guerra Civil

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

A principios del verano de 1936, el clima político seguía empeorando. Por todas partes se oía hablar de complots contra el gobierno: ya fueran de la derecha con apoyo del Ejército, ya de los sindicatos y partidos de izquierda con el apoyo de las milicias populares. A comienzos de junio un grupo de oficiales del Ejército, dirigidos por el general Mola, tenía completamente planeado el levantamiento. Quería imponer un gobierno militar presidido por el general Sanjurjo, que había dirigido la intentona golpista de 1932. Una vez restaurado el orden, convocarían elecciones constituyentes y se redactaría una nueva constitución. Aparte de éstos, sus objetivos políticos eran vagos. Da la impresión de que su modelo era la dictadura de Primo de Rivera.

Sin traicionar los planes de los conspiradores, el 23 de junio de 1936 el general Franco escribió al presidente del Gobierno. Protestaba porque varios generales de derechas habían sido removidos de sus puestos y prevenía a Casares Quiroga de que la disciplina del ejército estaba en peligro. Nunca recibió respuesta.

El 1 de julio la prensa informaba, con grandes titulares, de que un destacado diputado socialista había amenazado de muerte en público al líder de la derecha Calvo Sotelo. El día 13 fue asesinado por las fuerzas de seguridad y su cuerpo arrojado junto a la tapia del cementerio de Madrid.

Como la mayoría de los españoles, los fieles del Opus Dei veían con horror cómo su país sucumbía a una espiral de violencia, pero no se quedaron paralizados por la inquietud. Justo cuando Zorzano llegaba a Madrid, se encontró una nueva casa para DYA en el número 16 de la misma calle Ferraz. El 17 de junio de 1936 firmaron el contrato de compra y a comienzos de julio empezaron el traslado. El 15 de julio se terminó, aunque quedaba mucho por hacer en la casa. Siguieron trabajando para preparar la nueva residencia y redoblaron su oración y sacrificio para llegar a una solución pacífica a la crisis.

* * *

Los anhelos de crecimiento y expansión se vieron frustrados por el estallido de una guerra civil que duraría casi tres años. La guerra y la persecución religiosa dispersaron a los miembros del Opus Dei. Dos de ellos, recientemente incorporados, murieron en el frente de Madrid; otros no perseverarían en su vocación a causa de las difíciles condiciones de la guerra. Al terminar la contienda, el Opus Dei contaba con menos miembros que cuando empezó y su único centro era un montón de escombros. Sin embargo, la prueba sufrida a causa de la guerra y la persecución religiosa fortaleció y templó la vocación de los que perseveraron y puso los cimientos de un nuevo periodo de expansión.

La Guerra Civil tuvo un efecto devastador para las todavía incipientes actividades apostólicas con las mujeres. El pequeño grupo de chicas jóvenes que pertenecía al Opus Dei en julio de 1936 quedó aislado de Escrivá durante tres años. Cuando empezó el conflicto, todavía no habían asimilado con profundidad el espíritu del Opus Dei, y para cuando se veía el final de la guerra ya habían enfocado sus vidas en otras direcciones. En abril de 1939, Escrivá concluyó que ninguna de ellas podía continuar en el Opus Dei. La única mujer con la que Escrivá podría contar para recomenzar la labro apostólica era Lola Fisac, que pidió pertenecer al Opus Dei en 1937, en plena Guerra Civil.

Las fuentes disponibles poco o nada dicen sobre las mujeres que eran del Opus Dei al comienzo de la guerra. Por eso, los siguientes capítulos están exclusivamente centrados en los hombres.

El siguiente capítulo resume los dramáticos acontecimientos que fueron el contexto de la historia del Opus Dei en el periodo de julio de 1936 a marzo de 1937.