El matrimonio Ortiz de Landázuri: universidad, familia y santidad

Con motivo del próximo traslado de los restos de Eduardo Ortiz de Landázuri y Laura Busca a la Clínica Universidad de Navarra, nos hacemos eco de una mesa redonda y varios artículos en medios que han tenido lugar sobre su vida con fama de santidad y su contribución a la universidad y a la familia.

Eduardo Ortiz de Landázuri y Laura Busca, ambos en proceso de canonización, se conocieron en Madrid cuando él estudiaba Medicina y ella Farmacia. 

Tras varios años de casados, conocieron a san Josemaría y el Opus Dei a través de la hermana de Eduardo, la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri. En 1952 él pediría la admisión como supernumerario, y poco después, en 1953, hizo lo mismo su esposa.

Después de unos años en Granada, donde Eduardo ejercía la medicina y tenía la cátedra de Patología en la universidad de esta ciudad, “en el año 1958 Eduardo y Laura, con sus siete hijos, se trasladaron a Pamplona. Él aceptó la invitación para sacar adelante la facultad de medicina de la Universidad de Navarra, que había comenzado en 1954. Y fue decisivo para la puesta en marcha y desarrollo de la Clínica de la Universidad”, cuenta Estebán López-Escobar este artículo del medio digital El Debate.


Rezar por la intercesión del matrimonio Ortiz de Landázuri


La Universidad de Navarra organizó una mesa redonda a finales del año pasado sobre la ayuda que ambos brindaron en los inicios de esta institución educativa, así como dar a conocer su vida de familia y santidad. Los restos del matrimonio se trasladarán próximamente del cementerio de Pamplona al oratorio de la Clínica Universidad de Navarra, una iniciativa en cuya puesta en marcha colaboró estrechamente Eduardo. Allí ejerció la medicina como catedrático de Patología Clínica y Médica hasta su jubilación.

En el evento participaron el Dr. Jesús Prieto, médico y colaborador de Eduardo durante sus años en la Clínica universitaria, Constantino Anchel, vicepostulador de la causa de canonización del matrimonio y Maria Luisa Ortiz de Landázuri, hija de ambos. 

Según cuenta en esta entrevista Constantino Anchel, vicepostulador de la causa de canonización, “externamente eran un matrimonio más. Eran católicos, se llevaban bien, no hay rasgos que llamen la atención hasta que comienzas a estudiar los detalles de sus vidas (...). Su matrimonio no estuvo cerrado en sí mismo sino abierto a los demás. Según los testimonios reunidos para sus causas de canonización muchos hacen referencia a que el hogar de los Ortíz de Landázuri tenía las puertas abiertas para acoger a todos, ya sea una comida como una estancia en su casa de Pamplona”.

El Dr. Jesús Prieto, colaborador de Eduardo durante años en la Clínica Universidad de Navarra, subrayó el espíritu universitario que este llevaba dentro, y que se manifestaba en su curiosidad, amor a la verdad, a la investigación y la preocupación y el trato único que brindaba a cada paciente al que atendía.

Maria Luisa Ortiz de Landázuri, hija del matrimonio, recordó algunas anécdotas de su familia: “Mi padre sabía querer a la gente en una medida en la que uno no se puede proponer. Claramente eso debe ser un don de Dios. No sólo sabía querer, sino que también era muy querido por muchas personas”, dijo. También contó cómo les unió como familia la enfermedad de uno de los hermanos.

Respecto a la vida en familia de los Ortiz de Landázuri, relataba: “Nuestra casa fue muy normal siempre, como cualquier otra. Pienso que lo más destacable de mis padres y la educación que nos dieron es que se respiraba un gran ambiente de libertad. Para hacer planes, para decir lo que pensábamos, pero por lo tanto también de responsabilidad”.

Pese a la agenda apretada del padre, procuró mantener un equilibrio con sus responsabilidades familiares. Tampoco fue un matrimonio exento de sufrimientos y dificultades, pero las intentaron llevar con sentido sobrenatural y confianza en Dios. Son muchas personas y matrimonios los que acuden a su intercesión para pedir favores