Más de 2.500 personas celebran los 40 años de Torreciudad con una fiesta emotiva y popular

La crisis de los cuarenta no existe en Torreciudad. Muy al contrario, el santuario soñado por san Josemaría Escrivá de Balaguer ha alcanzado una plena madurez pero mantiene un vigor juvenil y sigue siendo motor espiritual y turístico para el territorio.

Foto: Ronda Somontano

Diez millones de peregrinos, de 103 países del mundo, “han ido pasando a los pies de nuestra Madre” a lo largo de estas cuatro décadas, como ayer al mediodía recordó el obispo de la diócesis Barbastro-Monzón,Ángel Pérez, durante la homilía de celebración de este aniversario.

Anualmente se calcula que más de 200.000 peregrinos visitan el santuario mariano ubicado en el cruce de la, Ribagorza, Sobrarbe y Somontano, comarcas que a lo largo de cuarenta años han prosperado a la sombra de Torreciudad. Autoridades y vecinos de estas tres comarcas se encontraron ayer con cientos de fieles llegados de otros rincones de España y también de otros países tan lejanos como Rusia, Bielorrussia, Lituania, Nigeria, Polonia o Fracia que se encuentran veraneando en la zona y no quisieron perderse esta celebración, dar gracias a la Virgen y felicitarla por este aniversario.

Según la oficina de información turística de Torreciudad, unas 2.500 personas se sumaron a esta fiesta de cumpleaños muy arraigada en el territorio con la presencia de hasta 17 asociaciones culturales y/o folclóricas del Alto Aragón

Fue una fiesta entrañable y muy popular. Invitados de excepción fueron los constructores del santuario, a quienes se les rindió un emotivo homenaje con la proyección de unas imágenes de la construcción del templo. Entre ellos José María Almazor, de Olvena, que vive en Barbastro y trabajó en las obras y después cerca de 40 años en el equipo de mantenimiento del santuario. “Ha sido muy emotivo ver estas imágenes filmadas de la construcción, casi me he echado a llorar”, afirmó.

Otro veterano es Teófilo Marco, de Zaragoza, presente aquí desde 1969 y que recuerda la visita de san Josemaría en abril de 1970, “apenas comenzadas las obras, cuando vio las primeras excavaciones y pidió que se pusieran muchos confesonarios para lograr la paz del alma de muchos visitantes”. Teófilo recuerda que le canté una jota que dice “el amor de los baturros es difícil de lograr, pero aunque pasen los años es un amor de verdad”. Le gustó mucho porque destaca la fidelidad”, dice.

Además no se quiso perder la cita el arquitecto Heliodoro Dols que acudió con su equipo técnico. “Hace cuarenta años puse ladrillos gracias a mucha gente que me ayudaba y salío esto, pero sobre todo gracias a la virgen”, explicaba. El veterano arquitecto se recorrió “toda la comarca para ver cómo construían y entonces puse la base de piedra y el resto de ladrillo como se hace en el Somontano”. Cuatro décadas después se muestra asombrado por ver la proyección internacional de Torreciudad. “En absoluto pensaba que lo que hacíamos iba a ser lo que es hoy. El encarggo eran unos dormitorios al lado de la ermita y nada más, pero luego pidieron más dormitorios y no me cabían. Hubo que buscar otro sitio y lo lógico era en esta explanada. San Josemaría me pedía más cosas, una iglesia más grande, más confesionarios, pero me quitó el centro comercial y de restaurantes que habbía proyecto porque quería que se beneficiaran de Torreciudad los pueblos de alrededor”, señalaba.

El impacto podría ser mayor para Barbastro, la ciudad natal del fundador del Opus Dei, como recordaba ayer el concejal del PAR de este Ayuntamiento y diputado provincial Javier Betorz al reivindicar de nuevo la construcción de un centro internacional sobre la figura de San Josemaría para atraer hasta la capital del Somontano a buena parte de los fieles que acuden a Torreciudad.

Sin duda el pueblo que más se ha beneficiado ha sido El Grado. Su nueva alcaldesa Laura Puyal, también arquitecta, aseguraba que “Torreciudad es un hito en la historia de El Grado y ambos van unidos. Para nosotros Torreciudad nos ha situado en el mapa y vienen a vernos de Filipinas, de EE.UU, de Canadá, … y por supuesto de toda España. Allí donde vayas dices que eres de El Grado y ya saben donde está por Torreciudad”.

Otro de los alcaldes presentes fue el de Fonz, localidad de donde proceden los abuelos paternos de San Josemaría. El edil Toño Ferrer acudió junto a otros miembros de la Corporación, trabajadores del Ayuntamiento y vecinos caracterizados de personajes del Renacimiento, atuendos que utilizan en la Feria del Renacimiento. “El fundador de la Obra San José María descendía y tenía familia en Fonz y nos parecía una causa más que justificada para estar en esta representación”, señalaba Toño Ferrer.

Los personajes renacentistas de Fonz se mezclaron con templarios de Monzón, los danzantes de Graus, los actores de la Morisma de Aínsa, los joteros de Aires Monegrinos, los tambores de la Semana Santa de Barbastro, coches clásicos de Monzón, alfombras florales del Corpus de Tamarite, los talleres astronómicos de Huesca, así como una degustación de productos agroalimentarios que se maridaron con las danzas de los grupos floclóricos altoaragonees.

A las doce, la iglesia del santuario se quedó pequeña. Una multitud de fieles, entre los que se encontraban los constructores del templo, las parejas que se han casado en estos 40 años, vecinos de los municipios del entorno, pero también de varias nacionalidades, asistieron a la eucaristía cantada por el coro de Huesca Diego Pontaca y presidida por el obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez. Le acompañaron en la celebración el nuevo vicario de la Prelatura del Opus Dei Pablo Lacorte, el nuevo rector del santuario Javier Cremades, y su antecesor, a Javier Mora, así como sacerdotes de los santuarios próximos del monasterio de El Puyeo de Barbastro y de Peralta de la Sal.

El obispo inició su homilía con una felicitación. “Felicidades Torreciudad. Felicidades todos los que formáis parte de esta gran familia. Durante 40 años san Josemaría Escrivá de Balaguer, objeto de aquel milagro personal, quiso que tantas gracias a través de la virgen de Torreciudad se derramarán no sólo en esta diócesis de Barbastro-Monzón si no que fuera una puerta abierta a la iglesia universal”, afirmó.

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Ronda Somontano