“Desde chico nunca había pensado ser sacerdote, si que me empezaron unas inquietudes religiosas como en cuarto medio, pues por ahí leí un libro de una persona que iba a misa todos los días, y yo que encontraba que la misa era súper fome dije : ¿Porqué alguien puede ir a misa todos los días? Entonces ahí me interesé mucho por la religión, quise entrar a la Universidad Católica, donde conocí a unos amigos muy buenos y en general ellos me ayudaron un montón. Nunca había visto católicos coherentes entonces me impresionó mucho eso, que eran personas normales que les gustaban las mismas cosas que a mi: deportes, la Universidad, estudiar, salir, pero que también tenían una inquietud muy profunda.
Nunca había visto católicos coherentes entonces me impresionó mucho eso, que eran personas normales que les gustaban las mismas cosas que a mi: deportes, la Universidad, estudiar, salir, pero que también tenían una inquietud muy profunda.
Lo que más me gusta de ser sacerdote es en primer lugar, transmitir la misericordia de Dios , sobre todo a través de la confesión que es un sacramento precioso que a la gente le encanta: nunca he visto a una persona que se vaya peor después de confesarse. No es que todo el mundo se vaya exultante, pero si que todo el mundo se va contento, tranquilo o un poquito mejor que cuando llegó.
Hay muchas cosas que cuestan pero son las que le cuestan a todo el mundo: levantarse temprano, hacer cosas que a uno le dan lata… me cuesta a veces las personas que no son abiertas, que no están abiertas a la gracia de Dios, que no quieren. Eso duele. Más que costarme, duele cuando las personas no quieren abrirse a la gracia, conocer un poco más de Dios, cuando son superficiales… se conforman con respuestas demasiado simple tipo : trabajo vivo para ganar plata, no sé.
Te puedo contar una cosa simpática, una vez que le quería transmitir a los niños que todos somos pecadores y que también los sacerdotes y por eso tienen que rezar por nosotros. Entonces les pregunté a los alumnos : ¿Ustedes creen que el Santo Padre, el Papa es un pecador? Y ninguno se atrevía a levantar la mano. Uno quizás levantaba un poco la mano. Y después les dije : ¿Quiénes creen que yo, un sacerdote soy un pecador? Y todos levantaron la mano. Lo tenían súper claro antes de que yo les dijera: por eso tienen que rezar por mi y por todos los sacerdotes.
Mis sueños son ver una Iglesia más renovada, más llena de jóvenes comprometidos con encontrar su vocación y vivirla a fondo, ser muy generosos con Dios. Y por eso uno de los desafíos que tenemos aquí en el colegio: es que muchos jóvenes descubran la vocación sacerdotal, y otras vocaciones y se atrevan a enfrentarla.
Mis sueños son ver una Iglesia más renovada, más llena de jóvenes comprometidos con encontrar su vocación y vivirla a fondo, ser muy generosos con Dios.
Para nuestro país sueño con familias más unidas, con ayudar un poquito que sea a unir las familias, que haya más paz y alegría, que los matrimonios se mantengan unidos , que no se separen. Entonces yo sueño con eso: una recuperación de la vida sacramental de la gente que los ayude a encontrar a Jesucristo en sus vidas”.