«Recuerdo a un sacerdote que lucía una sonrisa de oreja a oreja, y que transmitía con naturalidad una gran alegría; sus palabras eran positivas, animantes, comprensivas». Mariano Fazio habla con entusiasmo del protagonista de su nuevo libro, «El último romántico». Un libro que no es una biografía sobre el fundador del Opus Dei, ni un estudio teológico, ni una recopilación de textos, sino una serie de reflexiones sobre la libertad, la familia, el amor y la justicia válidas para el siglo XXI.
Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei, presentó «El último romántico. San Josemaría en el siglo XXI» en una sala Miguel Delibes del Teatro Calderón de Valladolid completamente abarrotada de público, en un acto organizado por El Aula de Cultura de El Norte de Castilla.
Allí, el número dos de la prelatura desgranó las claves de una obra que muestra la cara más íntima del sacerdote aragonés que apostó por alcanzar la santidad cristiana con la obra cotidiana, el trabajo.
«San Josemaría se consideraba un continuador de los románticos del XIX que luchaban por la libertad personal», explicó Fazio, quién relató sus sensaciones tras su primer encuentro con el protagonista del libro: «regresé a casa con un horizonte existencial distinto del que tenía antes de mi encuentro con él».
Sin libertad no podemos amar. En torno a esta premisa se desarrolla el texto ya que «san Josemaría se lamentaba de que, en tiempos más recientes, mucha gente exige la libertad para manejarse y destruir a los otros».
El vicario general de este movimiento universal de fieles, que celebra el 90 aniversario de su fundación, quiso destacar el mensaje de Escrivá de Balaguer quien afirmaba que «estamos hechos para amar y ser amados» y aseguró que esta efeméride, a pesar de ser «una simple fecha», le ha servido «para meditar algunos aspectos de su obra, especialmente iluminantes en las circunstancias de la cultura contemporánea».
«Las propuestas de san Josemaría sobre la importancia de la vida familiar y la pluralidad son muy necesarias», aseguró.