Ordenaciones Sacerdotales en Torreciudad

El Prelado del Opus Dei destaca la entrega y el servicio al Señor y a sus almas, como rasgos esenciales del ministerio sacerdotal.

Aspecto que presentaba la nave del santuario durante las ordenaciones

El domingo 5 de septiembre, el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, confirió el Sacramento del Orden a dos diáconos españoles de la Prelatura, procedentes de Barcelona y Cartagena, en el transcurso de una concelebración eucarística que tuvo lugar en la iglesia del Santuario de Torreciudad. A la ceremonia asistieron alrededor de dos mil quinientas personas. El acto estuvo solemnizado por la actuación de la Coral Oscense, acompañada de la organista titular del santuario.

Durante la homilía, Mons. Echevarría, alentó a los dos nuevos sacerdotes a que lucharan para servir fielmente al Señor y a sus almas. En este sentido, dijo que “Resulta patente que, en estos momentos de la historia, la Iglesia no solo necesita sacerdotes santos, sino que haya muchas almas que –sin abandonar su lugar- se entreguen a Dios para cristianizar la sociedad desde dentro, cooperando con Cristo para instaurar su Reino en esta tierra. Por eso, os pido que, en el ejercicio de vuestra tarea ministerial, fomentéis horizontes cristianos”.

En el transcurso de sus palabras, el Obispo Prelado del Opus Dei, también recordó el reciente mensaje del Papa, Juan Pablo II, cara a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra el año próximo en Colonia. Y añadió: “En unión con el Romano Pontífice, proclamamos con nuestras palabras y, de modo especial, con nuestras vidas, que todos estamos invitados por el señor a llevar una vida santa y hacer santos a los que nos rodean”. Más adelante, expresó que “como buenos hijos de la Iglesia, llevaremos a la práctica las oraciones del amadísimo Papa, cuando nos anima a dar a la Eucaristía todo el relieve que merece, y poniendo todo esmero en no infravalorar ninguna de sus dimensiones o exigencias”.

Dirigiéndose a los familiares, Mons. Echevarría, manifestó su felicitación a los padres, parientes y amigos de los dos nuevos sacerdotes. ”Suplico a todos que sigáis rezando por ellos, por intercesión de Nuestra Señora de Torreciudad”.

Finalmente, evocó el centésimo aniversario de la intervención de la Santísima Virgen en la curación de san Josemaría Escrivá, cuando siendo niño de dos años cayó gravemente enfermo y su madre obtuvo de Ella la gracia de su curación. “Presentamos al Señor nuestras oraciones por manos de Santa María, Madre nuestra, para que la Reina del Cielo y de los Ángeles y de los hombres nos siga curando las enfermedades materiales y espirituales de sus hijas y de sus hijos, y aprendamos siempre de su entrega a la voluntad de Dios, que nos trajo al Señor en la Encarnación.

Los nuevos sacerdotes

Los recién ordenandos son el cartagenero Ricardo Alba Sánchez, de 48 años y licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Murcia y doctor en Filosofía por la Facultad Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra; y Juan Antonio Romero Medrán, natural de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Barcelona y Teología por la Universidad de Navarra.

Testimonios familiares

Entre los asistentes a la ceremonia de ordenación se encontraba Angel Buen Alonso, tío del nuevo presbítero barcelonés, y reconocía su entusiasmo durante la jornada. “Ha sido mayor que cuando yo me casé, nunca me imaginé que iba a ser tan emocionante”. Al mismo tiempo, el padre de Juan, no encontraba palabras para describir sus sentimientos aunque “me sospechaba que podía llegar a esta situación porque en casa siempre nos hemos ocupado para que se viva un espíritu cristiano”.

Los sentimientos de la familia del otro diácono ordenado, procedentes de Cartagena, han sido muy similares. La madre, que no ha podido ocultar sus lagrimas en varias ocasiones, al finalizar el acto le ha pedido a su hijo que “sea fiel a su vocación para ayudar mucho a las personas a acercarse a Dios”. Asimismo, María Dolores, futura cuñada de Ricardo, le aconsejaba que “sea muy feliz y que esté tan contento como lo estamos nosotros ahora”.